martes, 16 de junio de 2009

HOLA...

Una palabra breve, directa y enunciativa que acostumbramos utilizar para el saludo. En su brevedad hay una síntesis de significados que pueden intepretarse apenas con un ligero cambio en el tono o la intensidad de voz. Hola..., quiere decir sorpresa, alegría, entusiasmo, sentido de la oportunidad, dichosa coincidencia, estar presentes en el momento y el lugar justos. Es tan polivalente el vocablo, que con un ligero matiz en la expresión puede ser por otra parte un lacónico mensaje de indiferencia, desprecio, reclamo, burla... En fin, todo aquello que de manera repentina desee comunicar una persona a otra.
Su uso también refleja cambio de épocas. Cuando niños, decirle Hola un niño a una niña era algo así como una presentación. Una presentación casi atrevida. Demasiado contundente para afirmar la presencia y la actitud de uno hacia el otro. Era como decir "Aquí estoy y para qué...". O, poniéndole un sentido poético y emocional, también podría comunicar algo así como la ruptura ante el temor de estar próximos, quizá muy próximos, de manera que quien pronunciara esa palabra para abrir un supuesto diálogo estaría diciendo algo así como "Aquí estoy, amor, pese a toda dificultad... Estoy para tí... Mírame... Me ha costado demasiado, pero aquí estoy para tí...". Palabras más, palabras menos, más de una vez nos hemos visto en esa situación, hombres o mujeres, y habremos enriquecido todas las posibilidades de comunicación que tiene ese término.
Hoy, sin embargo, ese Hola... quiere algo mucho menos que todo lo que se me ha ocurrido comentar. Se reduce sencillamente al simple título de una de las revistas más populares en lengua española que circula el mundo entero. Así es... Hola... es la revista de la frivolidad, de la moda, del acontecer social burgués que marca la ruta "ideal" para muchos, desde la visión del mundo de un sector de la sociedad española contemporánea.

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