El retorno de Macondo ha sido difícil... Imposibilidad tras imposibilidad...
Luego de un baño fresco con el agua de tonel que tengo a mi disposición, he salido a desayunar. Bajo ese sol agresivo con su luz y su calor me he lanzado a la sombra del Restaurante del Gabo para tomar el desayuno. No he querido detenerme en ninguna parte por aquello de la tentación de comprar algo y no tener dinero. Así es: amanecí sin un centavo. Ni para comprar algún periódico, que tanta falta me hace cada mañana y dondequiera que me encuentre, ni para pagar el desayuno. Pocos centavos, ya que la vida por acá es tan barata, pero ni a eso llego. Como tranquilo mientras me cercioro de la mejor manera para comprar unos dólares. Pregunto por algún banco, pero no hay agencias. Pregunto por alguna casa de cambio, pero no existe. Me mencionan un par de nombres de señoras que alguna vez cambiaron dinero, pero no están seguros que ahora puedan hacerlo. E insisten en que lo conveniente es ir a Fundación... El nombre me parece una broma, pero luego me hacen saber que así se llama un municipio vecino que alguna vez fue parte de Aracataca pero que hace unos cincuenta años se independizó, etcétera, etcétera. Es más: tienen muy mala relación con su gente, envidias y resquemores por diferentes razones,y por lo mismo hasta le han variado el nombre diciéndole Fundición, por la temperatura que ahí hace, mayor que en Aracataca, no sólo por porque es más caluroso el clima sino por la casi total falta de vegetación. Fundación... Siendo algo así como un enclave comercial pujante en esta región, me dicen que tiene agencias bancarias y casas de cambio. Por eso, aún sin dinero, tomo una mototaxi y allá voy, recorriendo los nueve kilómetros de distancia... Llegamos, busco tres bancos y en ninguno hay cambio de moneda. No hay casas de cambio y tampoco funciona la tarjeta de crédito. En una agencia me dicen que está bloqueada y por poco siento que se me nubla el cielo... Tengo suficientes dólares en la billetera, pero me inquieta sber que no puedo hacer uso de la tal tarjeta, sabiendo que es algo así como una alfombra mágica que lo puede llevar a uno donde uno quiera, sin preocuparse más que de abonar los gastos a la vuelta de cualquier viaje... El angustiado mototaxista de repente siente que no le voy a pagar, pero lo calmo al decirle que nos vamos de regreso y que el Restaurante de Gabo van a darme para cumplir con el compromiso.
Las horas transcurren bajo el sudor inagotable. Siento que ya nunca voy a salir de Macondo. Sigo sin dinero y sin saber que hacer. Alguien me dice que vaya a buscar a Seño Yolanda, quien tiene un hijo en los USA y que por esa razón, hace tiempos cambió unos dólares. Así que a ver que pasa... La señora es de edad... Atiende un negocio y por la recomendación que llevo de parte del Señor del Restaurante del Gabo, se lamenta un poco de la situación, casi creo que se va a negar pero me mira y accede al cambio. "Cuánto es..." Sólo cincuenta dólares... "A dos mil..." me dice. Está bien, le digo, y gracias... Pensar que un atracador me había mandado a decir que los cambiaba a mil por dólar... Pago el desayuno, doy una propina a Wilber que me ha acompañado con Doña Yolanda y ha acarreado mi valija y mi maletín hasta el entronque de la carretera que viene de Valledupar. Tomo fotos dondequeiera. Las últimas... Las del escape de Macondo, y tomo el primer bus que pasa. Es la una y cuarto de la tarde y supongo que llegaré a Barranquilla en dos horas, donde me espera el IV Festival de las Artes...
El Tiempo, El Espectador, ambos de Bogotá, y El Heraldo, Quiubo, Al día y otros periódicos anuncian en primera plana que aquí está Shakira... Mmm... Está para inaugurar un centro educativo que corresponde a su Fundación Pies Descalzos... El acto es a las cinco, como puede ser más tarde. Aquí todo es susceptible de ser cancelado o cambiado de hora o lugar... Llego a Barranquilla tal lo previsto, busco el hotel más cercano a la Catedral -en nuestros países, pese a tantas urbanizaciones y fuga de población a zonas "residenciales", el centro con su Catedral siguen siendo puntos de referencia importantes-. Me baño, tomo un taxi y me voy a ver dónde están los Pies Descalzos... Es media hora de camino por entre el tráfico de la hora. Llego por fin, especulando las razones por las que la famosa barranquillera debe saludar a todos los que nos encontremos fuera del edificio educativo y me encuentro con "un mundo" de gente. Un mundo que incluye toda la seguridad para ella más el operativo policial y militar que merece Álvaro Uribe, el Presidente de la República, que no ha dudado en aprovechar la inversión de la mujer ideal que ha querido hacer un aporte especial y muy significativo por gente de su gente. Por la gente más pobre de Barranquilla. Todo está bajo control. La seguridad es firme pero de trato afable. La gente está muy inquieta pero nadie pierde la cordura a pesar del entusiasmo. Pasa el tiempo. Me desespero. Más cuando veo que un bombardero vuela sobre nosotros. Parece un puesto fronterizo entre judíos y palestinos. No me gusta el ambiente. Ya no tengo que estar ahí, convenciéndome que en estas circunstancias alguien como Shakira no podría arriesgarse a darse una vuelta. Es la vez más que estoy seguro me habré encontrado más cerca de ella... Es un símbolo de vida y sólo por eso hubiera querido verle. Tan fresca, tan jovial, tan entusiasta, tan hermosa, tan cuidada, tan sensual, tan bella, tan ágil, tan rítmica, tan tierna y con una voz tan suya...
Me encuentro de nuevo en el centro de la ciudad, ambulo por calles y carreras, con ese calor que abotaga, pero repentina y constantemente reanimado por unos aires frescos y arrebatados que nos mantienen despabilados. Cuando uno camina por calles en construcción así es también de pertinaz la corriente de arenisca y de basuras que hay por doquier.
Anoche me costó dormir. Era mucho el calor y con las ventanas abiertas eran constantes las sacudidas de cortinas. Tuvo que vencerme el sueño sin darme la oportunidad de vivir esas imágenes que noche a noche me llevan quién sabe dónde...
Esta mañana voy a organizar mis visitas por la ciudad, tomando en cuenta que se inicia el IV Festival de las Artes, donde no sólo podré ver de nuevo a algunos de los escritores que ya había encontrado en Cartagena de Indias, sino que podré ir más allá de la literatura, con música y danzas tan propias y tan desbordantes en esta costa atlántica.
Aquí está Shakira. No lo dudo un instante y eso me hace acoger mejor las horas del descanso.
jueves, 5 de febrero de 2009
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