miércoles, 18 de marzo de 2009

18 DE MARZO DEL 2009: BICENTENARIO DEL NACIMIENTO DE JOSÉ BATRES MONTÚFAR...

Mi universo personal está habitado mayoritariamente por la literatura. Con sus nombres, sus fechas, sus títulos, sus anécdotas, sus imágenes, sus historias, sus mitos, sus leyendas, sus investigaciones... Con sus momentos de agonía y las luminosidades del éxtasis... Como todo lo que ocurre en la vida... La literatura es una experiencia de vida... Un trasunto de vida... Una visión de la vida... Una posibilidad de vida... Real, sonámbula, ficticia, posible, imposible... La vida es así...
Por eso, así como al final de cada año toda publicación ocupa espacios especiales para hacernos el recuento de los acontecimientos mundiales más importantes, entre ellos la muerte de personalidades de interés para la historia de la cultura, así a cada principio de un nuevo año estoy más que atento a lo que todo medio de comunicación nos diga respecto a las efemérides por cumplirse. Resulta un magnífico recordatorio para compartir dedicación y entusiasmo cuando se trata de celebrar hitos felices o, si fuera el caso, para hacer memoria votiva por aquellos sucesos tristes o deplorables que son históricamente ineludibles o digno de ser recordados por su significación y merecimiento. Esto último, en cuanto a las letras, consiste regularmente en recordar aniversarios de fallecimiento de esclarecidos autores que con su capacidad y calidades creativas han legado obra que suma el prestigio que siempre ha merecido y siempre merecerá la literatura: máxima expresión de la creatividad humana a través de la palabra. Así de sencillo y así de complejo...
Por supuesto, el reporte de fechas por festejar fueron apareciendo. Lo más desbordante y de grandes expectativas siempre viene a ser, por supuesto, la figuración de valor universal. Ni duda cabé. Pero, guatemalteco que soy, "vivo" interesado por todo lo que se refiere a nuestro universo nacional. Es así que, más que atento, repito, estuve esperando desde los primeros días y las primeras semanas de enero a que se diera a conocer lo que en cuanto a efemérides nos correspondería tener presentes, conmemorar y hasta festejar si fuera el caso. El tiempo fue pasando y a mi desilusión le siguió una inquietud desafiante por manifestarme públicamente al respecto.
Estaba en mí el gozo previsor por llegar a esa fecha. Exactamente a este 18 de marzo, enterado como estaba del Bicentenario del Nacimiento de Joé Batres Montúfar.
Había leído varios libros con el compendio de su obra y los ensayos biobibliográficos que se referían a este ilustre poeta, para no equivocarme en la fecha, y por eso estaba tan seguro de arribar a una suma de años tan espectacular y digna de memoria, como seguro estaba también de la magnífica oportunidad que tendríamos de dedicarle todos los reconocimientos y toda la dedicación que podría merecer. Sin embargo, nunca nada en ningún medio nacional que se ocupara en adelantarnos la gran noticia. Mi esperanza declinó totalmente cuando pasó enero y pasó febrero... A estas alturas del año ya nadie se ocupa en anunciar lo que puede ocurrir, sino en hacer lo que correponde hacer. Así que en cuanto al Bicentenario, era suficiente suponer que no estaba en la memoria de nadie. Excepto..., excepto en la de un buen amigo mío: Carlos Enrique Prahl Redondo, acucioso investigador de temas históricos con un rigor que merece todo nuestro respeto. A mí se me fue agotando la paciencia con el vigoroso deseo de enviar una notita de recordatorio o de reclamo a las secciones de opinión de los lectores de la prensa escrita, pero me faltó el aliento final, ocupado en temas personales de la mayor importancia: salud, trabajo... Por eso recuerdo a Carlos Enrique. Porque fue él, con su nota en Prensa Libre, quien me causó una catarsis para mí necesaria. Menos mal, me dije, a él, el único, se le ocurrió escribir ese reclamo imperativo. Y así, incómodo y pendiente de la fecha, fueron pasando los días y las semanas restantes, hasta que llegado este 18 de diciembre me disponía a recordar a Batres Montúfar, con mi más entrañable sentimiento de admiración, comentando con amigos algunas referencias biográficas y leyendo sus obras en esos pequeños compendios que aún se indican como lecturas obligatorias en los establecimientos educativos del país.
No dejé de estar también pendiente de ver qué aparecería en los periòdicos impresos del día. No podía ser que fecha tan importante pasara inadvertida. Así fue que muy temprano, esta mañana me precipité a abrir las páginas de Prensa Libre. Y con encontrados pensamientos y sentimientos, dí con la portada interior de la Sección Cultural, para reconocer en el juego de imágenes que la ilustraba, el inconfundible rostro de José Batres Montúfar y un titular en grandes letras, suficiente como para golpear la ignorancia o la indiferencia: "Quién piensa en José Batres Montúfar?". Quien no lo haya leído que lo busque de inmediato y lea en tan pocas líneas un reclamo contundente ante la inexcusable indiferencia de cumplir con una conmemoración a la altura del significado de uno de los más grandes poetas guatemaltecos de todos los tiempos. El reclamo es a las instituciones culturales del gobierno y las entidades de escritores. Al final, luego de señalar, no sé si la irresponsabilidad o la ignorancia, o las dos cosas, terminan los breves párrafos con un doloroso y desalentador: "Así es este país."
Todo el día me la he pasado incómodo, nostálgico, triste... Un día que pudo ser grandioso, celebrando la grandeza creativa de ese extraordinario José Batres Montúfar, ha sido un día cualquiera. Con su rutina, su tragedia, su mediocridad...
Así es este país... No quiero poner como ejemplo, lo que algún país vecino hubiera hecho para celebrar la efemérides... Qué se yo: congresos, publicaciones, sellos postales, actos protocolarios de homenaje, carteles, suplementos, investigaciones, concursos, programas radiales y de televisión, espacios en la internet... Cuánto... Y no sólo para el día... Para todo el año... Para siempre... Que las actuales generaciones y las por venir sepan lo que significa este hombre tan consciente, tan sensible, tan sublime en la creación a través de la palabra, a partir del amor. Del dolor por el amor... Dueño de una incomparable sátira e ironía... Ingenioso y portador de toda la historia, la magia y el encanto de tradiciones y leyendas de su patria... Digno representativo y proverbial testimonio de los conflictos y esperanzas en un ser humano de la Guatemala de principios del Siglo XIX que le tocó vivir...
Se acaba este 18 de marzo, y con ello la fecha propicia, la única, para rendir tributo a un ser irrepetible por siempre... Desdichado fue en vida y desdichada es su memoria. Sirvan estas palabras para decir a Guatemala, desde lo más entrañable de mi ser, que aquí hay alguien más que sí recuerda a José Batres Montúfar en el Bicentenario de su Nacimiento. Pero no por celebrar una efemérides, por importante que resulte. Aquí hay alguien que lo recuerda desde siempre y siempre llevará en los labios el "Yo pienso en tí...", como mejor evidencia que siempre sabré pensar en él...

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