ÉTICA Y POLÍTICA...

Esta tarde tuve una experiencia en todo sentido edificante. Hace un par de días concerté un encuentro con estudiantes de Derecho de la Universidad de San Carlos, Extensión en La Antigua Guatemala, interesados en contar con mi apoyo para la realización de un trabajo académico: el proceso de institucionalización de un Partido Político. De acuerdo con lo convenido, trece de los veintitrés estudiantes sostuvimos un diálogo sobre diversos temas al respecto.
Fui claro en precisar la diferencia entre el cumplimiento de los procesos técnicos, a partir de los supuestos de su ejercicio metodológico, y la necesaria reflexión sobre la realidad que debe dimensionar no sólo la realización del trabajo en cuestión, sino su mejor comprensión sobre la situación política que en la realidad concreta condiciona, sesga y hasta limita la concepción y práctica de toda acción política.
En la medida en que no me gusta dar consejos, como ya lo he sustentado debidamente, opté por lo más razonable: compartirles mi testimonio personal sobre lo que ha sido mi experiencia como ciudadano elector y como sujeto de elección. En ese afán por hacer planteamientos con toda intención didáctica, así como para organizar el proceso que permitiera corresponder a las expectativas del grupo, me pareció conveniente referirme inicialmente a lo que puede definir la existencia de un Partido Político. Es decir, una concepción que a partir de la compleja realidad de una sociedad como la nuestra, postule y oriente con la responsabilidad debida las acciones que en todo caso correspondan a la solución de la problemática a que se refiera, y en todo caso propendan a garantizar el bienestar de la sociedad y su desarrollo integral y sostenible. En pocas palabras, que el Partido Político cuente con un basamento ideológico y directrices claras y precisas, que conlleven respeto, lealtad, honestidad y honradez en el manejo de la "cosa política" para bien de los ciudadanos a quienes se persuade con los consabidos mensajes de adhesión que los Particos Políticos siempre pretenden.