EL LÍDER: SUS EXPECTATIVAS Y SUS RIESGOS...

La vida es una ruta por caminos inciertos. Una ruta por la que debemos transitar atenidos a lo previsible pero sujetos a lo imprevisible. Nuestros dominios deben ser el ejercicio de una inteligencia que oriente el sentido oportuno, certero y edificante de cada paso, así como inversión de voluntad, esfuerzo y convicción en todo cuanto hagamos. El panorama de la ruta siempre nos acompañará entre luces y sombras, y pese a toda previsión sólo podremos saber cómo nos fue en todo cuanto emprendamos, con el paso del tiempo que podrá brindarnos resultados al contarlo por meses y por años. Sólo así. Sólo así sabremos cuánto hubo de acierto en nuestras decisiones y actuaciones, para tranquilidad y gozo, o cuánto habremos de lamentar y sufrir en consecuencia si nuestros actos fueron equivocados y de repercusiones dañinas para nosotros mismos y quienes nos rodean.
Ese camino de éxito que todos esperamos se activa y nos lleva prendidos de fines, objetivos y metas ante expectativas de diversa índole, en la búsqueda de nuestra realización plena. Pero cada paso que damos conlleva riesgos. La ruta de la vida no está precedida por las mejores condiciones y seguridades que quisiéramos. Si hiciéramos el parangón con...