sábado, 31 de enero de 2009

CARTAGENA DE INDIAS: LITERATURA VIVA...

Una tarde, hace un par de años que llegué por SOPHOS, esa mujer discreta e incansable que es Marilyn Pennington, puso en mis manos un pequeño folleto más o menos con estas palabras... "Le traje esto. Por si le interesa". En algún momento lo ví con la curiosidad normal con la que se aviva en mí todo lo que tiene que ver con la literatura. Desde entonces nunca dejé de revisar su contenido y desde entonces siempre quise encontrarme con ese evento, totalmente desconocido en Guatemala, que se llama de una manera tan poco indicativo de su especialidad: HAY FESTIVAL... Hasta el menos ocurrente advierte que se trata de un Festival, con todo lo amplio que pueda parecer el término, pero el más incisivo podrá burlarse de semejante título, cuando leído tal cual, esa frase parece redundante o más bien tonta, si cuando se dice que hay un Festival ni falta hace que se remarque su existencia con la palabra HAY.
He venido a Cartagena de Indias y sólo así he podido enterarme de la semántica rica y la referencia histórica que puede comprender ese par de palabras. En un nota al pié voy a hacer una cita del editorial de El Tiempo de Bogotá, para que quede tan claro lo del nombre como ahora me ha quedado a mí. Así que paciencia...
Para no hacer de estas líneas un texto que parezca el prólogo de un tratado, me apresuro a decir que este HAY FESTIVAL, sin que lo dude nadie en el continente Americano, es la más ambiciosa, deslumbrante y exquisita conjunción de los elementos más significativos de lo que puede llamarse un encuentro con la literatura. Contemporánea, por supuesto, sin que ello obvie lo que de antigua tiene el pensamiento, la palabra y la creación por la palabra escrita, más lo que tenga que ver con ella la ideología, la tecnología, el mercado, los medios de comunicación, el turismo cultural y mucho más... Hasta la comida, el mar y las mujeres...
No pretendo hacer un reportaje de este evento, el cuarto que se realiza de manea consecutiva, porque no he venido ni en función periodística ni con otro compromiso que no sea el de ver en la realidad lo que me decía aquel folleto que me entregó Marilyn, que se refería al Hay Festival inglés y el de Segovia, ciudad donde ella había viajado, pero no al de Cartagena... Así, pues, he aquí una síntesis de una experiencia instransferible, por todo lo que tiene de conmoción cerebral, emocional y demás...

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