viernes, 27 de marzo de 2009

MIS VIVENCIAS EN LA RADIO...

Los años pasan y cada vez me resulta más frecuente tener interlocutores de edades más tempranas que las mías. La mayoría de las veces mucho, pero mucho más tempranas. La conversación es un gozo y una manera espontánea, directa y muy fresca de compartir e intercambiar información, generalmente testimonios de vida. Voy ocupando, pues, ese rol destinado a los "viejos", en cuanto a hablar del pasado, que es el tiempo que más nos abunda. El futuro es más el tema de los jóvenes, pues se aprestan día con día a llenarse de expectativas, de propósitos y de sueños, hasta que pasando el tiempo vivan esta metamorfosis de volverse seres experimentados, "viejos" en el mejor de los casos, con mucho que decir si es que han tenido la conciencia de vivir intensamente y de manera productiva.
Esta muy franca introducción me sirve para decir mis vivencias en la radio, una parte de mi vida que siempre me ha hecho disfrutar y acercarme a personalidades muy interesantes que se han vuelto inolvidables. No tanto por ser famosas, sino porque supieron alimentar en su oportunidad mi fascinación por este medio de comunicación que basándose en una refinadísima tecnología, para mí sigue siendo misteriosa y mágica.
Siendo niño, como en muchos hogares de la época, en mi casa la principal fuente de información y de entretenimiento era la radio. El aparato que teníamos pasaba encendido muchas horas del día, todos los días. En ciertas horas eran los programas de marimba que tanto le gustaban a Papá. En otros momentos las novelas, que acompañaban a Mamá en sus largas jornadas de oficio en la casa, llenando su soledad con divertimentos a ratos dramáticos y a ratos cursis, me provocaban la risa y la burla. Un día algùn programa infantil. En muchas ocasiones los conciertos de música sinfónica y de cámara que me hicieron vivir incontables vivencias gozosas, como hasta hoy.
Aquí mismo, muy cerca de mí, está ese primer aparato de radio que tantas veces sonó en mi casa de hace más de cuarenta años... Enciende, como decimos, pero algún desperfecto tiene porque ya no identifica emisoras y sólo nos hace oìr un rumor sordo, que a la manera de uno de esos agujeros negros del espacio sideral hubiera consumido todas las voces, todas las músicas y todos los recuerdos de tantos años que estuvo funcionando.
No es, por supuesto, mi experiencia de escuchar radio lo que ahora interesa a mi testimonio, sino lo que ocurrió después. Es decir, cómo fue que mi curiosidad por ese recurso de la comunicación me hizo llegar hasta las emisoras mismas de radio y descubrí un mundo fascinante, hasta formar parte de él con mis inquietudes de pequeño "discjoqui", locutor y productor de programas...

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